Rosa Icela, rezagada

En una amplia entrevista publicada ayer por el diario La Jornada, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, declaró al diario capitalino –periódico en el que laboró como reportera hace más de 22 años– que “no me he olvidado de la Ciudad de México”; que los “resultados positivos en seguridad de la CDMX” se deben a la “gran labor de (Claudia) Sheinbaum”, y afirmó que “puedo jugar una apuesta de que la 4T seguirá en la capital”.

La titular de la SSPC no sólo es la candidata favorita de Sheinbaum para ocupar su cargo en 2024, sino también de la directora de La Jornada, Carmen Lira, comadre del presidente López Obrador, el cual tiene a su vez una histórica deuda moral con Rosa Icela, una periodista oriunda de San Luis Potosí que desde hace 27 años es una soldadera incondicional de AMLO, por el que inclusive ha estado dispuesta a dar la vida.

Por ejemplo, en el libro “La lucha continúa”, escrito por Jorge Gómez Naredo y prologado por el académico obradorista John Ackerman –esposo de la exsecretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval–, se narra que un sábado de febrero de 1996, acompañado de un colaborador, el presidente del Consejo de Administración del diario La Jornada, Rodolfo F. Peña, viajó a Villahermosa para visitar a López Obrador, quien en ese momento encabezaba el bloqueo de accesos a pozos petroleros en Tabasco, protestando contra los daños causados por Petróleos Mexicanos.

“Años atrás, él y Carmen Lira Saade, la actual directora de dicho diario, habían apadrinado en una modesta ceremonia religiosa a los dos hijos mayores del tabasqueño. Peña quería estar con su compadre en aquella hora aciaga.

“Se hospedó en el hotel Calinda Viva y pasado mediodía, cuando se disponía a salir hacia la casa de López Obrador, en el vestíbulo intercambió saludos con una mujer acompañada de dos niños: Lourdes Galaz y dichos hijos del político tabasqueño. Ella dijo que los llevaría de compras y luego al cine.

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